Después de 11 años llega a la ciudad de Ancud un fotógrafo, buscando y reconociendo a sus antiguos modelos para ver cómo habían sido sus vidas durante 10 años -tiempo en el que se estimaba la construcción de un puente viendo qué era más rápido; si la vida misma o el progreso de una isla-.
Mucha gente no acudió al llamado. Las fotografías fueron expuestas en el mercado de Ancud, llegando a la conclusión que las personas no permanecían idénticas en el tiempo: algunas cambiaban, otras emigraban o simplemente morían sin saber que algún día volvería alguien preguntando por ellas.
Mucha gente no acudió al llamado. Las fotografías fueron expuestas en el mercado de Ancud, llegando a la conclusión que las personas no permanecían idénticas en el tiempo: algunas cambiaban, otras emigraban o simplemente morían sin saber que algún día volvería alguien preguntando por ellas.